¿La fórmula de Dios para el éxito… o la del mundo?
Alyce-Kay Garren
Mientras establecemos metas existe una pregunta importante que considerar: ¿Es el éxito de acuerdo con los estándares del mundo una de nuestras prioridades para nuestros hijos?
Las Bienaventuranzas nos dicen lo que Dios ve como éxito. El gozo mayor aquí es la persecución; ¿es eso lo que queremos para nuestros hijos?
Mientras que es probable que alguien que gobierna su vida por los principios de Dios alcance éxito en esta vida, es importante que no veamos a las dos situaciones como si siempre fueran de la mano.
Entonces, ¿qué estamos tratando de alcanzar? En lugar de empezar sólo con las metas del estado para nuestros hijos, debemos de mirar las metas de Dios para nuestros hijos.
Nosotros encontramos pautas generales para la educación de nuestros hijos a través de toda la Escritura. Proverbios está repleto de metas educacionales.
Una vez que has determinado tus metas generales educacionales a través de estudiar la Escritura tú estarás listo para personalizar esas metas para cada uno de tus hijos a través de la oración. Pide al Señor que te muestre lo que específicamente tiene para cada niño. Esto será un proceso progresivo mientras él te muestra los intereses y aptitudes de tus hijos.
Ninguna cantidad de educación puede garantizar el éxito para nuestros hijos; ellos tienen voluntades propias y depende de ellos lo que harán con los dones educacionales que les hemos dado. Pero enseñar a nuestros hijos a buscar el éxito de acuerdo con los estándares de Dios es el mejor comienzo que les podemos dar–para ahora y para la eternidad.
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