Como recordarán, la iniciativa de ley sobre Educación en el Hogar (homeschool) que fue aprobada por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados fue incluida en un paquete de 9 iniciativas para la elaboración de un solo dictamen y éste a su vez fue enviado al Pleno para su votación y aprobación. Originalmente, era un paquete de 10 iniciativas sobre educación, pero al final una iniciativa del Partido Acción Nacional fue “bajada del dictamen”. Gracias a Dios, la nuestra se mantuvo y fue aprobada en el Pleno de la Cámara el pasado 22 de marzo.

Aunque en las modificaciones a la Ley General de Educación previstas en el decreto del dictamen no se incluye la “Educación en el Hogar”, esta aprobación representa un hito en la historia de la Educación en Casa en México al ser reconocido y aprobado este concepto en la exposición de motivos. De ser ratificado en el Senado y luego promulgado, este dictamen representará un precedente jurídico importante a favor del derecho de los padres a elegir el tipo de educación de sus hijos, fundamento legal del homeschool. Es decir, este dictamen refuerza el derecho de los padres a educar en el hogar como el ejercicio de un derecho fundamental.

Sin embargo, el tema de la regulación queda indefinido, pues al no ser incluida la “Educación en el Hogar” en la reforma de ley, sigue siendo un tema pendiente. Por una parte esto es positivo, pues las familias educadoras en el hogar siguen gozando de la misma libertad como hasta ahora para educar a sus hijos conforme a sus convicciones, pero por otro, no fue posible instrumentar una forma de certificación específica para el homeschool, especialmente en un momento en que algunas familias han presentado dificultades en ciertos centros INEA para certificar a sus hijos.

Si bien el Estado no puede desconocer –ni reconocer– un derecho fundamental (y este dictamen aprobado, como se ha dicho arriba, se pronuncia en su exposición de motivos a favor de la educación en casa como un derecho fundamental), pues un derecho fundamental es inherente al ser humano y, por tanto, inalienable, sí tiene la facultad de regularlo. Es en el campo de la regulación donde debemos estar atentos y preparados para defender la libertad necesaria para el ejercicio de este derecho. Debemos siempre estar vigilantes de cualquier intento de regulación que nos impida llevar a cabo la educación de nuestros hijos. El Estado puede regular la Educación en Casa, pero nunca de tal modo que nos impida el ejercicio de este derecho, pues sería tanto como anular un derecho fundamental. Ésta debe ser nuestra postura en el tema de la regulación.

Hasta ahora, Dios ha permitido que la iniciativa de ley a favor del homeschool sea aprobada en el dictamen y al mismo tiempo quede fuera de la regulación. Creemos que esto es providencial y que Él dirige nuestros pasos. Debemos confiar en que Él tiene cuidado de nosotros, aún en estos detalles. Sigamos orando porque todo este proceso y los procesos que se den en el futuro se lleven a cabo de acuerdo a Sus planes, y que la Educación en el Hogar siga creciendo en nuestro país para que más padres tomen la responsabilidad total de la educación de sus hijos para la gloria de Dios.

Jesucristo es el Señor

Zabdiel A. Torres Virriel