Reduciendo el Desorden
Ya que son las cosas pequeñas las que causan que nuestras vidas se hagan desorganizadas, son precisamente ésas en las que debemos enfocarnos para poder ser organizados de nuevo.
Aprendimos eso después de una enfermedad prolongada, cuando todas las cosas que los niños habían dejado de hacer se juntaron, y vimos la necesidad de una reorganización radical.
Recorrimos la casa echando en una bolsa de plástico toda la basura, en una bolsa todas las cosas que no necesitábamos y en otra las cosas que en ese momento estábamos usando.
Decidimos tener en cada cuarto sólo las cosas que necesitábamos regularmente y después de un período de tiempo examinaríamos el resto que se hubiera acumulado –- correo, revistas, catálogos, dibujos de los niños, etc.
Es mucho más fácil mantener una casa organizada cuando las cosas que sólo utilizas de vez en cuando ya no te están estorbando.
Si no sentimos la libertad de tirar algo hasta tener tiempo de echarle un vistazo, simplemente lo ponemos en el desván hasta que tengamos tiempo de verlo.
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