Home 2024 octubre 18 ¿Educación intencional en el hogar o cayendo por entre las hendiduras?

¿Educación intencional en el hogar o cayendo por entre las hendiduras?

¿Educación intencional en el hogar o cayendo por entre las hendiduras?

Educación intencional

Por Deborah Wuehler.

El año pasado mi hijo de 6 años se me cayó por entre las hendiduras de mi escuela en el hogar. Lo tenía todo planeado en mi mente para que no volviera a suceder este año escolar. Comencé la escuela temprano a finales de julio y para septiembre todavía no estaba trabajando con mi hijo de ahora 7 años de edad. A él parecía no importarle mientras se pasaba los días jugando y haciendo ocasionalmente alguna página de matemáticas o alguna lección de fonética que alcanzaba a darle. Me seguía diciendo a mí misma que todavía no estaba listo para comenzar a leer y yo estaba muy ocupada con los otros cinco alumnos en la familia (uno de ellos, su hermana menor quien me rogaba todos los días que le diera trabajo escolar). Además, ¡él era muy bueno para mantener ocupado al pequeño de dos años!

Bueno, la semana pasada se me acercó y me pidió que le leyera el libro “Atlas Mundial” como le había prometido meses atrás (a lo mejor hasta desde el año pasado). Viendo su cara comprendí que lo había vuelto a hacer, lo había hecho a un lado por atender otras cosas. En ocasiones a una madre se le puede partir el corazón, no por la culpa por algo que haya hecho sino por aquello que no ha hecho. Huelga decir que desde la semana pasada estamos teniendo tiempo juntos todos los días en los cuales le estoy enseñando a leer y también le leo libros. Ya no era suficiente solamente tener buenas intenciones. Ahora tenía que ser intencional con él.

Todas las cosas que necesitan hacerse no se harán a menos que seamos intencionales con ellas. ¿Cuáles son esas cosas que realmente quiere hacer con sus hijos este año? ¿Cuáles son esas cosas que dice que quiere mantener como prioritarias en su escuela en el hogar? ¿Y qué de ese tiempo que dijo que iba a pasar con el Señor cada día? Ninguna de estas cosas va a ocurrir a menos que intencionalmente hagamos que sucedan. Las buenas intenciones no significan nada a menos que esas buenas intenciones se conviertan en acciones intencionales. Y las acciones intencionales no significan nada a menos que vayan de acuerdo con lo que Dios desea para nuestras vidas. De manera que si sabemos lo que Dios desea, entonces necesitamos comenzar a andar en esas cosas.

¿Está su caminar con Dios desvaneciéndose? Intencionalmente levántese por la mañana y vaya a tener un encuentro con Dios cara a cara. Tal vez tenga que sacrificar un poco de sueño o tal vez tenga que alejarse de las demás personas por unos momentos; como lo hacía Jesús cuando estuvo en la tierra.
¿Otra vez dejó de leer su Biblia? ¿Quería que la Biblia fuera la primera materia en su día escolar? Intencionalmente junte a sus hijos y comience hoy a leer y orar con ellos. Tal vez vaya a tener que dejar para después esas otras cosas “urgentes.” Créame, ahí se van a quedar esperándola hasta que usted termine.

¿Su esposo le pidió que hiciera algo y todavía no lo hace? Deje lo que está haciendo y vaya y hágalo. Él necesita ser respetado, y al hacerlo, usted estará enseñando a sus hijos a respetarla a usted.
¿Acaso prometió hacer algo con uno de sus hijos este año y todavía no lo hace? Intencionalmente haga los arreglos necesarios para hacer que eso suceda. Cuando dejamos cosas para después y decimos: “Tal vez más adelante,” créame: es muy posible que nunca lo haga.

¿Siente que si agrega todas estas cosas se va a morir por agotamiento total? Tengo un versículo para usted: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9). Yo sé que usted segará una cosecha de bendiciones conforme vaya haciendo esas cosas que en su corazón ha deseado hacer.

El seguir posponiendo las cosas que uno realmente desea hacer es como andar por un bosque tenebroso donde nuestra visibilidad es nebulosa. Es un tiempo para intencionalmente ponernos de rodillas y luego levantarnos para hacer las tareas que Dios nos ha llamado y creado para hacer.

Permítanme terminar con una oración de A.W. Tozer que hace eco en mi corazón:

“Oh, Dios he probado tu bondad y tanto me ha satisfecho como me ha dado sed por más. Estoy plenamente consciente de mi necesidad de todavía mayor gracia. Me avergüenzo por mi falta de avidez. Oh, Dios, el Dios Trino, quiero anhelar desearte; quiero ser lleno de añoranza; tengo sed por ser hecho aún más sediento. Muéstrame tu gloria, te lo pido, para que en verdad llegue a conocerte. Comienza, en tu misericordia, una nueva obra de amor dentro de mí. Di a mi alma: ‘Levántate, mi amada, la más hermosa, y vayámonos juntos.’ Luego dame la gracia para levantarme, seguirte y alejarme de este bosque
tenebroso donde he deambulado por tanto tiempo. En el nombre de Jesús, Amén.” (Tomado de Lo Mejor de A.W. Tozer)

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Deborah Wuehler es la editora principal de la revista The Old Schoolhouse® Magazine. Ella vive en Roseville, California, con su esposo Richard. Son padres de ocho hijos: tres adolescentes, tres en primaria, uno en preescolar y un bebé. Han estado educando en el hogar desde el nacimiento de su primogénito, quien ya se ha graduado de la preparatoria. Pueden encontrar muchos de sus artículos en www.Crosswalk.com, y en muchos otros sitios para educadores en el hogar. Es líder de grupo en su organización local de apoyo a educadores en el hogar y le encanta buscar tesoros escondidos en la Palabra de Dios, la lectura, escribir, educar en el hogar y ¡el chocolate oscuro! Escríbale a senioreditor@TheHomeschoolMagazine.com.

Copyright, 2009. Todos los derechos reservados por el autor. Tomado de la revista The Old Schoolhouse® Magazine, LLC.

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Author: El Hogar Educador

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