EHE contesta a Harvard que promueve la prohibición de la Educación en Casa
Joshua Michael Richardson
La Semana pasada, por medio de su revista, la Universidad de Harvard emitió un artículo titulado “Los peligros del Homeschooling”. Debido al prestigio de dicha universidad, El Hogar Educador desea hacerles llegar este artículo, con la finalidad de desmantelar algunas sus falacias.
Antes de iniciar, cabe destacar que a pesar de ser una universidad reconocida como de las mejores del mundo, ella misma revela sus carencias. Esto se demostró de manera irónica y graciosa cuando en el mismo artículo que estamos comentando, en su versión original, el autor cometió un error ortográfico al momento de escribir la palabra “aritmética”. Este error lo corrigieron de manera expedita tras la crítica de múltiples comentarios en Twitter. Cabe destacar que varias personas que hicieron estas observaciones fueron alumnos educados en el hogar.
Desde su portada, el artículo demuestra sus errores de lógica y exhibe su total falta de conocimiento sobre el tema. En la portada, se observa una casa hecha de libros con barras en la ventana como si fuera una cárcel, y una niña “homeschooler” mirando tristemente desde su penitenciaría hacia afuera, donde había niños “normales” jugando.
Los libros que componen la casa/cárcel son “lectura”, “escritura”, “aritmética” y finalmente “la Biblia”. Estos libros demuestran la percepción que estos “expertos” tienen sobre la educación en casa. Cabe destacar que estos elementos de ninguna manera representan una cárcel o prisión, sino implica un desarrollo académico necesario para los niños.
Algo irónico de esta imagen, es que se plantea que quien esta “encarcelado” es es el educado en el hogar, y los que juegan con total libertad son aquellos que forman parte de una escolarización tradicional. Para aquellos que tienen experiencias reales con la educación en el hogar, saben que la realidad es lo contrario, pues en la modalidad escolarizada, los alumnos están obligados a estar encerrados durante seis horas diariamente. Y cuando se les permite receso a los alumnos, se les limita sus actividades recreativas solo a aquellas que los administrativos autorizan; limitando la creatividad de los alumnos. Sin embargo, los alumnos educados en el hogar, tienen la libertad de desarrollarse tanto recreativamente como académicamente de una manera que incentiva su creatividad y facilita su ayuda en la vida real.
En este artículo, se refiere al ambiente familiar de la educación en el hogar como un “régimen”. Este comentario es sumamente estulto, solo basta con hacer un estudio sociológico para entender que, en la mayoría de los casos, el ambiente hogareño refuerza la ética de buen ciudadano en los hijos. Y cuando se trata de la estructura institucionalizada de las escuelas tradicionales, es común que se refleje un tipo de “régimen” que va afín a los caprichos de los administrativos.
Continúan su campaña de desprestigio a la educación en el hogar, argumentando que la educación en el hogar es impulsada por individuos que sostienen una creencia judeo-cristiana. Afirman que la finalidad de estos padres es inculcar “ideología extremista religiosa” a los hijos y sin fundamento, acusa a los educadores en el hogar de promover el servilismo femenino y la “supremacía blanca”. El Hogar Educador y todos sus integrantes, condenan vigorosamente y reiteradamente el servilismo femenino y la supremacía racial de cualquier índole. Expresamos que esto nunca ha sido, no es y nunca será la finalidad de la educación en casa en su conjunto. Y de esta manera, extendemos la recomendación a todas las familias educadoras en el hogar de repudiar estas ideologías.
Este artículo está lleno de discriminación religiosa e incluso racismo contra los educadores en el hogar. Esto está fundado en casos aislados de unas pocas situaciones lamentables, cuando la realidad es que al cotejar las veces que estas ideologías han sido compartidas, la probabilidad de que los alumnos estén expuestos a estas ideologías, es mucho más alta en las escuelas públicas. No se puede sostener una postura para su aplicación general basada en ejemplos muy escasos.
Finalmente, el artículo refiere a una carencia de calidad académica en la educación en el hogar. Para desmantelar esto, basta ver las estadísticas, donde se puede observar que, en los exámenes oficiales, en promedio los educados en el hogar obtienen alrededor de 10% mayor puntaje de calificación que aquellos que provienen de escuelas tradicionales.
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