Home 2019 diciembre 19 Tres peligros para el corazón

Tres peligros para el corazón

Tres peligros para el corazón

Existen tres grandes peligros para el corazón. Se presentan en este orden el corazón se puede perder, después endurecer, y después ser robado.

1. El corazón se puede perder. Muchas veces los padres pierden el corazón de sus hijos al expresarles ira. Contrario a lo que muchos padres creen, la ira no quebranta la voluntad del niño. (Esa no es una meta apropiada. Tú debes querer dirigir la voluntad de tu hijo, no quebrantarla.) La ira quebranta el espíritu de un niño y provoca que endurezca su corazón. Tremendas explosiones de ira pueden causar que un niño se refugie en una concha. Y cuando se mete en su concha, se lleva su corazón junto con él. ¡El corazón es algo demasiado delicado como para sobrevivir a las catastróficas explosiones de la ira de un padre! Algunas veces los padres pierden el corazón de su hijo cuando quebrantan el mandamiento: “… padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos.” (Efesios 6:4) •Puedes provocar a tu hijo a ira al criticarlo o molestarlo.

•Puedes provocar a tu hijo a ira al elevar tan alto el estándar requerido para ganarse tus elogios y aprobación que él no pueda alcanzarlo. No se puede esperar que un niño inexperto e inmaduro pueda hacer un trabajo tan bien como un padre experto, maduro y perfeccionista. Cuando un niño hace lo mejor que puede, debe de ser elogiado, lo haya o no hecho tan bien como alguna otra persona. Tampoco debe de ser comparado con otros para de esta manera hacerlo sentirse inferior.

•Puedes provocar a tu hijo a ira al obligarlo a hacer algo de lo cual está terriblemente temeroso.

•Puedes provocar a tu hijo a ira al no comunicarte con él lo suficiente, al pasar mucho tiempo fuera de la casa o al ver la televisión y leer el periódico por mucho tiempo.

2. El niño para adaptarse al dolor que le causa el que tú estés perdiendo su corazón, lo endurece más.

3. Después de que el corazón se endurece, alguien más lo puede robar. Cuando el rey David no escuchó las necesidades de los hombres de Israel, ellos endurecieron su corazón hacia él. Después Absalón fue, vió esta área débil y les brindó un oído atento. Absalón los escuchó, habló con ellos, los tocó y robó sus corazones. (II Samuel 15:5-6)

Lo que Absalón usó para robar sus corazones, son las mismas cosas que son usadas en nuestros días para robar a los padres el corazón de los jóvenes. Pero aquí están las buenas nuevas: ¡Esas mismas cosas funcionarán también para que los padres “roben” de vuelta el corazón de sus hijos e hijas de aquellos que se los robaron primero! Gracias a Dios esto es verdad, lo he visto funcionar una y otra vez.

Papá, Mamá, ¡escucha a tu hijo! Después tócalo mientras hablas con él de una forma amable y con preocupación. Si escuchas cuidadosamente a tu hijo, te darás cuenta de lo que le está lastimando y lo que le molesta. Proverbios 24:3 dice que con sabiduría se edifica la casa.

Algunos padres dicen, “Mis hijos no quieren hablar.” Eso no es cierto; los niños quieren hablar. Pero ellos quieren hablar de cosas que tú consideras insignificantes. Tú y yo debemos de aprender que, si algo es importante para ellos, ¡entonces es importante!

Lo que yo veo como las necesidades de mi hija y lo que ella ve como sus necesidades pueden ser dos cosas muy diferentes. Yo tengo que suplir sus necesidades no sólo de la manera como yo las percibo sino como ella las percibe.

¡Esto significa que el utilizar tiempo para darle un beso a su pequeña muñeca debido a que le duele su dedito, será más importante para tu felicidad dentro de 20 años que el utilizar ese tiempo para escuchar a tu jefe ofreciéndote un aumento! Significa que debes preocuparte porque a tu hijo se le atoró su camioncito en el lodo.

¿Por qué dan los hijos su corazón a sus amigos? Porque ellos los escuchan. Tú no vas a criar buenos hijos basándote en qué tan bien se ven exteriormente — aun cuando se acoplen o no a tus reglas. Debes de alcanzar algo más que la superficie: “Hijo, ¿qué has estado pensando? ¿Cómo te sientes respecto a esto? ¿Te molesta esto? ¿Qué estás diciendo para tus adentros? ¿Estás leyendo tu Biblia? ¿Estás recibiendo repuesta a tus oraciones?”

Sólo el corazón puede conservar al corazón, la mano por sí sola no puede conservar el corazón. Tampoco es probable que unos varazos enderecen a un adolescente rebelde. La primera cosa que se debe de hacer al menor síntoma de rebeldía, es no exasperarse rápidamente y no darse por vencido. Lo que se debe hacer es acercarse más al joven.

El hogar que tiene un joven rebelde muchas veces está lleno de una atmósfera negativa y llena de crítica. Eso debe de cambiar. Los elogios crean una atmósfera de amor, gozo y aceptación tanto en una casa como en una iglesia. No te gustaría asistir a una iglesia que tiene una atmósfera áspera y llena de crítica. Pero ésta es tan mala en un hogar como en una iglesia.

Aún un rebelde está deseoso de recibir elogios y aceptación de parte de su padre. Y si un padre observa diligentemente, podrá encontrar algo por lo cual pueda elogiar aún al hijo más rebelde.

Author: El Hogar Educador

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