Primero necesitamos que Dios nos entrene
Julie Garrett
Cuando pienso en ser entrenada para ser maestra de mis hijos, me doy cuenta que sólo puedo enseñar a mis hijos lo que he permitido que Dios me enseñe.
Puedo aprender de Dios a través de la lectura y meditación de su Palabra, de pedir a Dios sabiduría y de escuchar su voz.
Mientras anhelamos conocer la voluntad de Dios para nuestras familias, podemos utilizar las palabras que David usó en el Salmo 25 :4-5 “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad y enséñame.”
Como educadores del hogar, debemos pedir a Dios su guía y sabiduría.
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (Santiago. 1:5).
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