Home 2019 enero 27 Como Apoyar a Tu Esposa Educadora en el Hogar

Como Apoyar a Tu Esposa Educadora en el Hogar

Como Apoyar a Tu Esposa Educadora en el Hogar

Sheryl Kramer

¿Cómo puede un hombre ocupado aligerar la carga de trabajo de su esposa y maximizar la bendición de la educación en el hogar para su familia?

Hay varias maneras en que un padre puede llegar a jugar un papel positivo en la educación en el hogar.

Estar involucrado. Generalmente la madre es la maestra de la escuela, pero el padre debe ser el administrador, el director.  Estos dos papeles se complementan y se apoyan mutuamente.  La mamá realiza el trabajo diario; el papá puede estar involucrado en la planeación a largo plazo; juntos pueden buscar la guía de Dios para la educación de sus hijos.

Como director, el padre debe saber lo que está sucediendo en su propio hogar. También es conveniente que esté enterado de lo que está sucediendo en el campo de la educación en el hogar en general. Si no está realmente comprometido con la educación en el hogar para sus hijos, podría haber una presión adicional sobre su esposa de “hacer que funcione.”          

Una comunicación buena y abierta entre maestra y director es importante. El primer papel del hombre en la comunicación es escuchar a su esposa. No te apresures a dar consejo cuando ella sólo quiere que la escuches y la comprendas. Pero cuando sea necesario, toma acción.  Recuerda — es mejor prevenir que corregir.

Ayudar. Una palabra clave que describe el papel del padre es siervo.  Esto no está en contradicción con el papel principal; más bien lo apoya. Jesús, nuestro gran ejemplo, vino a ser siervo de todos. Hemos de seguirlo a él.

La educación en el hogar es como un empleo de tiempo completo para tu esposa, ¡pero ensucia más la casa! Ten en mente esto antes de entrar a la casa después del trabajo. Si es posible, llama antes para saber qué esperar y muestra preocupación por tu esposa.

Mientras regresas a casa, usa ese tiempo de transición para descargar en Dios tus problemas y cansancio.  ¡No entres por la puerta de la casa con ellos!  Quizás más tarde esa misma noche puedas compartir tus cargas con tu esposa, pero no al momento de llegar a casa.

Entra a la casa con expectativas realistas.  Se busca que la familia esté contenta de verte. Asegúrate de ser parte de la solución para ellos, en vez de contribuir a sus problemas.  Entra con la actitud de preguntar qué puedes hacer por tu familia, y no qué puede hacer tu familia por ti.  Constantemente muéstrale a tu esposa esta actitud también.

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el levantamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.  Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.  El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.  Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de carne y de sus huesos.  Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán  una sola carne.  Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.  Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

Efesiosos 5:25-33

Todo padre educador en el hogar puede comprometerse a encargarse de alguna de las labores del hogar, ya que su esposa está trabajando de tiempo completo con la educación en el hogar.  Algunos esposos se encargan de las compras de cada semana, otros lavan la ropa.  Algunos toman como responsabilidad el recoger la casa al final del día o acostar a los niños.

Encuentra algo específico que hacer y hazlo con regularidad. Asegúrate de que tu esposa no tenga que recordártelo.  Hazlo con gusto como para el Señor — de la misma manera en que quieres que tu esposa te sirva a ti. ¡La Regla de Oro aún está vigente para los maridos!

      Una forma muy importante de ser un siervo piadoso para tu esposa es darle en forma regular un tiempo de descanso. Un tiempo corto al final del día puede ayudarle a tranquilizarse y retomar el camino.  Proporciónale ese tiempo de buena gana.  También podrías concederle unas cuantas horas a la semana para usar como ella quiera, dentro o fuera de la casa — para descansar, leer, hacer una visita, ir de compras, o algo que le ayude a cargar su batería emocional.  De vez en cuando, ¿por qué no darle el día libre?  ¡Traerá dividendos que bien valen la pena!

Author: El Hogar Educador

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